sábado, mayo 28

Una metamorfosis

Mi maldito reloj biológico me la ha vuelto a jugar. A las ocho y media ya estaba despierta. Me dedico a dar vueltas por la cama sin saber qué hacer. Además, estoy nerviosa y no sé por qué. No, no es esa sensación, esta vez es otra. Pero me agobia igual. De hecho no sé exactamente el motivo y por mucho que lo busque no consigo saberlo. Me sigo revolviendo mientras voy cayendo más y más. Otra vez estoy en el suelo...sin mantas, sin ropa y nadie sabe que estoy ahí. No puedo gritar, la estampa es demasiado vergonzosa. Si alguien me viera tirada en esa postura tan imposible, directamente me taparía con una manta a la espera del olvido. Como lo que le pasó a Gregorio, cuando tuvo aquella extraña metamorfosis, nadie quería saber de él; hasta que ya no era ni el hermano ni el hijo, sólo era aquel insecto al que nadie quería acercarse.

Muchas veces he pensado qué pasaría si un día me levantara diferente, si mi cuerpo no fuera reconocible y sólo quedara de mí mi "alma" (alma: personalidad, mente...). Nos guiamos por apariencias, y si una resulta muy desagradable, por mucho que la esencia sea la misma en su interior, tenderíamos a apartarla. Relacionaríamos monstruo con alma oscura. Por eso las apariencias engañan, por eso alguien con un interior que te agrada parece que tiene más luz en su exterior.

Supongo que acabara como Gregorio, con un trozo de comida entre mi caparazón.

3 comentarios:

John Keats dijo...

Pero...

¿Nuestra imagen exterior no va ligada a lo que somos, en la medida en la que nos condiciona el cómo nos ven los demás y lo que nos pasa, y eso influye decisoriamente en nuestra forma de ser?

Y llevando este razonamiento al caso: ¿realmente si cambiases como Gregorio, seguirías siendo tu misma? ¿Gregorio era el mismo?

Aura Gris dijo...

Gregorio cambió, porque los demás ya no le veían como realmente era. Eso hizo que le trataran diferente, con lo que su forma de ser irremediablemente fuera distinta.

Cuando miras a alguien, puedes llegar a ver más allá, pero ten en cuenta que te puedes equivocar. ¿Y si inspira algo totalmente distinto a lo que hay?

John Keats dijo...

Entonces cambia lo que hay, y le da una naturaleza claramente oxímoron.