lunes, julio 4

El gato de Cheshire

Te dejo allí, mientras el sol desaparece entre las espesas nubes, provocando colores tan irreales que sólo pueden encontrarse en ese lugar.

Voy en mi coche, absorta con la voz de Ferreiro. "Tengo la tristeza siempre ahí escondida poniéndose guapa" dice. Acertada frase. Siempre lo he pensado. Ella está ahí preparándose por lo que pueda pasar y así salir en todo su esplendor. La luna no debe de pensar lo mismo pues sonríe como si fuese un gato siniestro. Cuanta menos luz hay, más se puede ver su sonrisa. La miro desde abajo, que es el único sitio desde donde puedo verlo todo, y la devuelvo la sonrisa: una cruel y burlona. ¿Y cómo me responde? Desapareciendo.

Creo que ese gato de ahí me sonríe raro.

1 comentario:

John Keats dijo...

Pero siempre vuelve.

Eso sí, no te fíes de ningún gato...