sábado, febrero 19

Dos relojes a la vez

Se ha ido el calor, la cama me resulta demasiado grande. Me deslizo hacia el medio intentando absorber todo lo que queda de lo que se acaba de marchar, que no es mucho, pues el tiempo lo ha ido enfriando poco a poco. Oigo el tiempo. Tumbada allí escucho dos agujas sincrónicas que vienen de relojes diferentes. Uno a cada lado de mi poca persona. Lo hacen a la vez, sin descompasarse una milésima de segundo. Pretender abstraerme con su equilibrio y lo consiguen. Como alienada invento una melodía que no tiene notas, tan sólo un ritmo, siempre el mismo. Soy consciente de que lo que hago es involuntario, una fuerza mayor me obliga a ello, pero aún así sigo, no tengo fuerza de voluntad para enfrentarme a ese sonido tan armonioso. Tic tac. Mis dedos no pueden separarse del pentagrama de mi pierna. Y como vino, se fue, armonioso y sincrónico, sin rastro de la melodía ni de su equilibrio.

No hay comentarios: