- Déjame tocarte.
- Dame tu mano y yo te guiaré.
- Quiero ser yo quien marque el camino.
- Si lo marco yo, no sabrás hacia donde vas.
- Prefiero que tú camines a oscuras y no yo. Quiero hacerte sufrir.
- Fíjate en mis ojos y verás un sufrimiento constante. Además, sé que te irás nada más tocarme. Soy un molde con el que jugar.
- No juego contigo, te estudio e inspecciono con mis manos. Me gusta tocar cada rincón de ti y luego dejarte ahí, usada y confusa, con esa expresión extraña que siempre adoptan tus ojos. Nunca he sabido qué es.
- Es triunfo. Yo uso tanto tus manos como tú mi cuerpo. Necesito que me moldeen y tú algo que moldear. Barro y arte, una buena combinación, sobre todo los días de lluvia.
- Túmbate, no puedo aguantar más sin tocarte.
- No, tu mirada hoy no me gusta. He creído ver amor.
- Vete al cuerno. Buscaré otro cuerpo que estudiar.
- Desapareció, ahora veo angustia. Ven, dame tu mano, yo te guiaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario