jueves, marzo 3

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Anoche me ocurrió algo muy extraño, veía conspiraciones por todas partes. Aún hoy sigo dudando de si lo que pensaba era cierto o no, demasiadas casualidades que diría una persona psicótica. Mi cabeza se volvió loca y no paraba de pensar cosas que no existían, pero para mí tenían todo el sentido del mundo y a la vez no tenían ninguno. Entonces recordé que una vez leí que la razón sólo servía para analizar la realidad en calma y me tranquilicé pensando en ello.

Nos bajan la velocidad en las carreteras y yo loca por cosas imposibles.

Nos estamos convirtiendo en una dictadura con piel de cordero. No dejan de decirnos lo que tenemos que hacer, como si fuéramos seres sin cerebro. ¿Qué importa que suba la gasolina? Eres tú el que paga, por lo que ya te cuidarás de ir como te dé la gana por la carretera, lento o rápido, según tu conciencia te aconseje y tu bolsillo te implore. Nos tratan como a niños desorientados que no saben cómo afrontar un problema. Pero es que ellos están más perdidos que el resto...Nos mandan y nos dejamos mandar, por eso nos siguen mandando hasta que un día no sepamos ni atarnos los cordones de los zapatos si no hacen una ley que lo regule.

2 comentarios:

John Keats dijo...

Independientemente de su definición exacta, el espíritu del despotismo ilustrado es el siguiente: gobierno para el pueblo pero sin el pueblo, dado que el pueblo es básicamente tonto, incapaz de gobernarse a si mismo.

Esto es exactamente lo que pasa.

A mi personalmente, me jode sobremanera que me tomen por tonto.

Aura Gris dijo...

Me encanta además cómo lo hacen, como si aquí no pasara nada. Deciden, el pueblo reniega, pero ellos adelante. Y siempre con la sonrisa en la cara, como un padre que cree que está haciendo lo mejor para sus hijos...sus pobres y tontos hijos.