Tus palabras de agua
caen de los tejados,
empapando hasta a los más vanidosos gatos
que se atreven a pasear,
a pesar de la ocurrente lluvia.
Mis palabras de viento
se vuelven tormenta,
han destrozado los sauces del parque,
que, llorando, no han sabido aguantar.
Frases de truenos
a las que les faltan relámpagos
para iluminar el camino que deben seguir.
Versos de noche,
de manos impacientes
que no pueden parar;
extienden su plaga
por todas las páginas
de todos los cuadernos sin estrenar.
Poemas de día y sin memoria,
que al ver llegar el amanecer
ya no saben dónde están.
1 comentario:
Voces de furia contenida.
Voces tranquilas que gritan
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