jueves, marzo 14

Formas de mirar

Una parte del cielo es gris, la otra azul y hay por ahí zonas que llegan a ser naranjas. En la zona gris las nubes ya han hecho sus camas, pero en la azul sonríe la luna con la boca pequeña. Si hablamos de la naranja no es posible encontrar palabras que la describan. ¿Cómo se describe ese tipo de color, esa luz? Sólo con frases inventadas. El lenguaje es demasiado limitado para describir, por ejemplo, la sensación de estar entre la luz y la sombra, en una quietud cansada, donde todo el mundo calla. Tampoco se puede usar para relatar el sentimiento de haber visto un horror, eso no necesita palabras, se nota en la mirada.

Hoy he tenido la oportunidad de saber de la existencia de alguien que me ha marcado mucho. No le conozco, pero he podido ver su forma de mirar. Me han impactado sus ojos llenos de cansancio hacia un mundo del que ha visto demasiadas cosas, a veces inexplicables, otras simplemente irracionales. Supongo que cuando vives y ves eso, tu mirada se va adecuando a esas vivencias y crea un halo que te permite sobrevivir. La gente con sus "pequeños" problemas ya no te importan porque has tenido la desgracia de contemplar los realmente grandes, que no están aquí, sino mucho más allá, a kilómetros de ti, pero aunque no los veas no van a desaparecer. En el mundo hay mierda, crueldad y dolor, y aunque no todo es así, existe, y creo que domina más eso que la bondad, alegría o amor. No sirve de nada darse la vuelta y vivir ajeno. Con eso sólo se consigue un alma débil, incapaz de enfrentarse a las vicisitudes que te puedan surgir. 

Y ahora el cielo ya es negro.

2 comentarios:

Gianfranco Guredi dijo...

Pero volvemos, el cielo no es negro. No es tan negro, o al menos no es negro siempre. Como dices, la mirada te cambia el punto de vista. Y ver una mirada oscura y cansada te hace ver todo gris y oscuro.

El mundo es mucho más duro, y la gente es muy inconsciente de lo que realmente hay, de lo que ocurre. Pero eso no puede abrumar tampoco, hay que ser consciente de ello, pero no dejarse llevar y dominar por los sentimientos que puede provocar.

Como hacía el hombre de la mirada.

Aura Gris dijo...

Por suerte el cielo siempre está cambiando de color.