Preciosas palabras, ingrávidas e irreales. Pero tan tristes...sólo me provocan tristeza por lo que veo en ellas. Detrás de esa belleza hay algo más de lo que sólo me doy cuenta yo, porque pertenece a mis circunstancias. Ojalá no estuvieran ahí, y las viera tal cual son. Pero mis ojos no quieren y mi cabeza no puede.
¿Unas frases pueden hacer que sientas dos cosas contrarias? Por un lado lo que dicen, por otro lo que te recuerdan. Quizás el recuerdo se imponga siempre y sólo quede un pequeño retazo de lo que realmente son.
Mis dedos no saben escribir hoy. Disculpas por ello. No me salen las palabras. Quizás mañana siga o no...o empiece con otra cosa. Sí, eso será lo mejor, dejar de lado ésto y posar la vista en otra cosa que llame más la atención.
2 comentarios:
¿Son tus propias palabras?
Jamás el recuerdo debería pesar mas que la realidad.
No, no son mías. Por eso quizás pesan más.
Publicar un comentario