domingo, enero 1

Luz

Voló tan alto que perdió de vista el suelo, y cuando quiso bajar ya no pudo, pues había llegado tan arriba que su luz se había fundido con el cielo. Pero no era un brillo cualquiera, era el más fuerte de todos los que había allí. Al llegar tan rápido y tan antes de tiempo el candor era más intenso. Desde allí podía verlo todo y a todos.

Los que estaban abajo y no sabían a dónde había ido aún lo sentían, por eso no tenían miedo, porque sabían que estaba allí con ellos: en los recuerdos, en los objetos y sobre todo en esa nueva luz que brillaba tanto. También era resplandeciente cuando no estaba lejos y eso se podía notar en una gran estela que había dejado cuando emprendió el viaje que le llevó tan arriba.

Siempre había sido luz. Y aunque ahora brillara en otra parte, seguía haciéndolo.

2 comentarios:

John Keats dijo...

No puedo hacer mucho más que sonreir con esperanza

John Keats dijo...

Sabes, cada vez que lo releo me parece mejor