martes, enero 17

Ventana

Me gusta asomarme a la ventana, observar a la gente pasar e imaginar cómo son sus vidas. A dónde se dirigen, si van a encontrarse con alguien o no tienen rumbo ni compañía. Me protege la edad de mi ventana, curtida con los años y sabia para estos casos. Me deja esconderme tras ella cuando nota que mis intenciones ese día son la observación y el ensueño.

Pasa un anciano. Boina, bastón y traje verde. Se mueve despacio, sin prisa. Va solo. Puede que vaya al encuentro de una amante ese día o sólo quiera tomar el aire. Nunca dije que fuera buena imaginando. Además, me gusta pensar cosas poco probables. Nunca sabes dónde unos pasos te van a llevar; si a un parque o a un lecho.

Pasan unos niños con sus mochilas. Por la hora que es lo más lógico sería pensar que acaban de salir del colegio. Pero no quiero algo tan común. Quizás se hayan escapado de casa y se dirijan más allá de la ciudad para ver las montañas nevadas. Desde aquí se ven muy lejos. Ellos quieren tocar la nieve. Así que con sus mochilas llenas de bocadillos de nocilla y tres pares de guantes comienzan su aventura.

3 comentarios:

John Keats dijo...

Habla usted en voz de los niños, lo que le gustaría realizar.

Hágalo.

Aura Gris dijo...

Me falta la nieve...

John Keats dijo...

Súbela