domingo, septiembre 19

Preguntas

Sentada en una postura imposible sobre una silla, con la mirada perdida pero realmente en su sitio, levantó los ojos y se oyó una pregunta:

- ¿En qué piensas?- dijo al verla fijar sus ojos en un lugar imaginario.

- En todo y en nada- respondió ella ambiguamente.

Le gustaban las respuestas ambiguas. Vivía de ellas, eran su alimento. Una respuesta de ese tipo equivale a no tener que mostrar lo que tienes dentro, algo que a ella le resultaba harto complicado. En ese caso, no podía decir lo que rondaba en su cabeza, ni le salían las palabras ni era el momento para ello, la luz tampoco era la adecuada y la temperatura era más baja de lo normal. No, no era el momento o quizás eran un millón de excusas para hacer que no lo fuera. Qué importa. Prefirió optar por la respuesta que no era respuesta.

Además, no era quien esperaba que la preguntara. Era otro rostro, con otro nombre y por mucho que le mirara, seguía siendo el mismo.

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