lunes, enero 24

Cabizbajo frente a una ventanilla

Me encuentro en un coche con un ser que no habla ni creo creer que me entienda. Intento entablar conversación aún sabiendo que en realidad es probable que esté hablando sola. Pero yo lo intento, por si me oye. No lo parece pues ni me mira, se dedica a mirar por la ventanilla, atento a cualquier ruido externo al que, de hecho, tampoco es que haga demasiado caso. Impertérrito a mis palabras. Entonces le miro la cara y me doy cuenta de que es la viva imagen de la tristeza, y eso ligado a mi ya precario estado de ánimo no es lo ideal para un día gris. No puedo dejar de mirarle buscando algo que pueda hacerle sentirse mejor sin mucho éxito. Qué le harán hecho, pienso, para que esa cara no desaparezca. Le abandonaron, sólo conozco ese dato y creo que es suficiente para tal melancolía.

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