domingo, agosto 29

La luz de la mañana

Pocas veces puedo observar la calle temprano. No porque no quiera, sino porque mi vaga conducta me lo impide. Hoy ha sido uno de esos pocos días en los que me he levantado temprano. Y nada más despertar he abierto la ventana para observar.

"Los días tranquilos, transcurren serenos.
Tus pasos los míos, peinando el sendero
¿Quién dijo que los muertos
no iban a resucitar?
Hoy llego más puro que el agua mineral.
Tu cara, tu casa,
tu ojos sonriendo en mi cara
La brisa, la mañana, el sol por la ventana.
La calma, caricias, tu respiración..."

Las mañana son muy distintas a cualquier otro momento del día. Tienen una luz diferente, un sonido extraño. No sé si es porque las vivo pocas veces. Son blancas, silenciosas y limpias. No hay casi gente y por lo tanto tampoco ruido, la luz acaba de nacer y la percibimos más clara, el aire parece otro, como si se hubiese renovado durante la noche y fuese uno totalmente nuevo, esperando a que alguien le respire por primera vez.

Todo es calma y todo es blanco hasta que ese efímero momento pasa...y sólo podremos volver a verlo al día siguiente (si podemos).

No hay comentarios: